
Las webs que no funcionan: lo que veo (y no debería estar ahí)
Después de años desarrollando sitios para negocios reales, te puedo decir con seguridad:
la mayoría de las páginas web están mal hechas.
Y no por diseño feo o falta de colores bonitos —eso es lo de menos— sino porque no fueron construidas para cumplir un propósito.
Te comparto lo que detecto constantemente y que deberías revisar hoy mismo en tu sitio:
1. Sitios hechos para “tener algo”, no para cumplir una función
Muchos emprendedores hacen su web solo “porque hay que estar online”, pero no tienen idea de para qué está. No hay una meta. ¿Querés vender? ¿Captar leads? ¿Agendar? ¿Educar? Si no sabés eso, todo lo que hagas es relleno visual.
2. Páginas creadas por diseñadores sin formación en estrategia digital
No todo el que sabe usar una plantilla es desarrollador. Veo sitios con animaciones lindas, pero sin estructura lógica, sin accesibilidad, sin optimización para móviles. Una web debe rendir, no solo verse “moderna”.
3. Textos que no dicen absolutamente nada
Párrafos de relleno tipo “somos una empresa comprometida con la excelencia…” ¿Y eso qué significa?
Un buen sitio comunica con claridad: qué hacés, a quién ayudás, y por qué elegirte.
El contenido no es decorativo: es la herramienta de venta más fuerte que tenés.
4. Webs que funcionan como folletos, no como sistemas
Un sistema bien hecho capta datos, nutre contactos, permite escalar. Pero la mayoría son páginas estáticas que no tienen formularios conectados, ni seguimiento, ni automatización. Son inútiles en un negocio digital moderno.
5. Arquitectura de información confusa
¿Tenés secciones que el usuario no necesita? ¿Menús eternos? ¿Cinco clics para llegar al contacto?
Eso no es usabilidad, es fricción. El visitante no se va a esforzar: simplemente se va.
6. Código inflado y rendimiento pobre
Webs hechas con maquetadores que inyectan 10 veces más código del necesario, sin optimización de imágenes, sin lazy load, con scripts en conflicto. Resultado: carga lenta, errores, bajo ranking en buscadores. Y después se preguntan por qué no convierten.
7. El típico “sobre nosotros” vacío y sin alma
Las empresas que no cuentan su historia pierden el único diferencial que nadie más puede copiar: su humanidad.
No conectar = no vender. Punto.
8. Sin respaldo legal ni técnico
Webs sin política de privacidad, cookies, backups, certificado SSL o aviso legal. ¿Querés que tu negocio sea serio? Tenés que actuar como uno.
9. Ninguna analítica en marcha
¿No sabés cuántas personas entran a tu web ni desde dónde? ¿No tenés instalado Google Analytics, ni GA4, ni un pixel? Entonces estás navegando a ciegas. Tus decisiones no tienen base.
10. Diseño sin visión de crecimiento
Una web sin escalabilidad es un callejón sin salida.
¿Querés agregar blog? ¿Tienda? ¿CRM? ¿Automatización? Si tu sitio no fue pensado con eso en mente, vas a tener que rehacerlo completo en menos de un año.
Mi conclusión como profesional:
Una web no es un adorno. Es una herramienta.
Y si no está cumpliendo una función clara dentro de tu estrategia digital, entonces no está bien hecha, por más bonita que se vea.
Si querés dejar de perder tiempo y oportunidades, hacé una auditoría real. Revisá tu web como revisás tus finanzas: con ojos críticos y criterio profesional.
¿Querés que revise la tuya con el ojo estratégico? ESCRIBIME